CENTRO DE DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

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lunes, 26 de mayo de 2014

La exitación sexual y los deseos eróticos


Lo erótico y la seducción, el amor, son elementos
claves que colocan el sexo humano muy por encima de]
animal. Son algo típicamente humano. Las mujeres que
pintaba Rubens, eran gruesas y exuberantes,
hoy el hombre las prefiere más delgadas. El
deseo erótico es variable según las épocas y las culturas.
En algunos pueblos de Africa el pecho no tiene valor eró-
tico y se presenta descubierto. En Occidente es un ele-
mento erótico primordial. Los pies pequeños eran un fac-
tor importante en la antigua China; hoy día no tienen
relevancia más que en el conjunto de la figura fe-
menina.
En nuestra cultura se han erotizado las formas re-
dondeadas, los labios rojos y otros aspectos. El ero-
tismo está muy ligado a lo social, y en particular a
los medios de comunicación que presentan los sex-
symbols.
Deseos eróticos del hombre
Los deseos eróticos también cambian con la edad: al
hombre maduro le suele gustar la «hembra» más «lle-
nita», con pechos abundantes, lo que no sucede con el
joven que no gusta de tanta redondez en las formas. Si
un individuo lleva un tiempo separado de la sociedad y
vuelve luego a ella, todo en la mujer le parecerá de un
gran erotismo, lo que no ocurre con el que está rodeado
todo el día de mujeres. Con lo dicho; queremos mostrar
que el deseo erótico es muy personal y presenta grandes
variaciones de ‘un individuo a otro. No obstante, hay en-
cantos en la mujer que suelen erotizar al hombre de ma-
nera especial.
La figura de la mujer puede despertar un gran deseo
erótico cuando es proporcionada, esbelta y con formas
femeninas bien marcadas. Por formas femeninas enten-
demos fundamentalmente los pechos, las caderas, los mus-
los y las piernas. Como hemos indicado, hoy tiene mayor
atracción sexual una mujer que no sea obesa, sino lige-
ramente delgada.
Los pechos deben ser de tamaño mediano o algo volu-
minosos, turgentes y de forma cónica. Los pechos muy
pequeños o demasiado voluminosos y caídos apenas des-
piertan el deseo erótico masculino. La erótica de los se-
nos se ha manejado mucho. La sociedad, por una parte,
ha puesto sus normas de lo que se podía ver, prohibiendo
que se mostrasen en público en determinadas ocasiones
(recordemos la censura en el cine: «ni tetas ni culos»), y
permitiéndolo en otras (revistas, varíetés). Actualmente
en España ha aumentado la permisividad en estos aspec-
tos, pero sigue habiendo problemas en cuanto a mostrar
los pechos en las playas o en las carteleras. A su vez, la
sociedad erotiza el pecho femenino y lo carga de conte-
nido sexual en el cine, las revistas y los anuncios. La
mujer ha comprendido perfectamente el valor de sus se-
nos y los emplea, al igual que el resto de su físico, para la
seducción y la atracción. Al contemplar los senos bien
formados de una mujer, el varón despierta su imagina-
ción y desea tocarlos, acariciarlos y besarlos.
El rostro terso y hermoso atrae grandemente al hom-
bre. La mayoría prefiere que tenga labios carnosos y en-
rojecidos (o que se los pinte así), ojos grandes y brillan-
tes (algunos los prefieren claros y otros oscuros). La be-
lleza facial femenina ha sido desde siempre un elemento
erótico básico, pero la presentación y adorno de la cara
ha variado enormemente. Así es conocido que si bien en
nuestra época el rostro moreno añade atracción en tiem-
pos pasados era la palidez y la blancura de la cara lo que
realmente atraía.
El cabello atrae cuando es largo, sedoso y, en muchos
casos, rubio; debe ir suelto y caer sobre los hombros y la
espalda. Recordemos la imagen de la mujer que lleva el
cabello recogido y cuando comienza la relación con su
pareja lo suelta para aparecer más hermosa y excitante.
El tocar estos cabellos aumenta el deseo erótico mascu-
lino.
Las piernas presentan un gran atractivo: deberán estar
proporcionadas, ser más bien fuertes e ir desnudas o se-
midesnudas. Su parte más erógena son los muslos.
La pelvis puede producir excitación sexual, ya sea por
sus curvas y abultamientos o porque la imaginación del
hombre localiza inmediatamente allí los órganos sexua-
les; el hombre tiene fantasías de acariciar esa zona, de
rozarla y de unirse con ella.
Las nalgas son una zona que excita en gran medida los
deseos eróticos del varón que las contempla, ya sea des-
nudas. vestidas o semi-vestidas.
El vello del pubis. además del cabello, resulta excitante
en la mujer. Muchos hombres prefieren que la mujer se
depile las axilas, las piernas y el rostro, pero no el pubis,
porque la contemplación del vello pubiano es erotizante.
La mujer con pelo abundante en otras zonas del cuerpo
parece poco femenina y no atrae.
Estas partes femeninas son las que generalmente des-
piertan más el deseo erótico del varón. Otros aspectos de
la mujer son el maquillaje y los perfumes. De todos mo-
dos, hay una gran variedad y diversidad de gustos en lo
que se refiere a la atracción del hombre hacia la mujer.
Esta es perfectamente consciente de ese atractivo de su
cuerpo y cuando éste no es conforme a sus deseos, con
frecuencia acude a intervenciones quirúrgicas o a otros
tratamientos para corregirlos.
Fantasías eróticas
La mente humana tiene una gran capacidad de excita-
ción sexual y, en ausencia de imágenes directas o sensa-
ciones, puede erotizar todo el ser del individuo: numero-
sos recuerdos e imágenes de situaciones pasadas pueden
excitar, así como el pensar en contactos sexuales imagi-
narios: también son excitantes las partes del cuerpo de
otra persona que la imaginación va recorriendo; gestos
que en algún momento nos impresionaron sexualmente.
A un movimiento...

Gracias a la capacidad humana de revi-
vir el pasado o de imaginar el futuro se provoca la exci-
tación. El caso extremo es la persona que sólo vive de
sus recuerdos eróticos y es incapaz de situarse en la rea-
lidad cotidiana y lanzarse a la conquista de nuevas expe-
riencias. Esta persona puede llegar a ser un perturbado y
a sufrir desviaciones sexuales como el fetichismo o el mi-
ronismo.
Las fantasías eróticas son empleadas incluso durante el
coito y a veces son el desencadenante directo de la exci-
tación y hasta de la erección del pene. Estas imágenes
pueden incluir la realización del coito con otra pareja dis-
tinta de la que se tiene. Hay individuos que sin esta
ayuda no conseguirían la erección. Esto plantea dos
cuestiones: o bien el compañero no atrae en absoluto o
faltan las caricias y el juego erótico; en cualquier caso se
debe plantear el problema y buscar una solución. Si esta
situación no se da en forma permanente, podría hablarse
simplemente de una de las variantes y diversidades de la
relación. En estas fantasías a veces se desea lo que se
tiene, pero sobre todo lo que no se tiene. En el hombre
quizá haya más vida sexual en sus deseos que en sus
actos, y es en la comprensión de estos deseos donde se
halla el profundo conocimiento del alma del sexo.

1 comentario:

  1. Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

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